Llegan los Borbones, y con ellos sigue la importancia de nuestra ceca. Felipe V sigue mimando a la Real Casa de la Moneda de Sevilla acuñando monedas de gran belleza, Se introduce la prensa de volante en Madrid y Sevilla, y con los seis volantes construidos por el portugués Manuel Fonseca llegará el preciosismo en la amonedación de piezas sevillanas.
Las primeras emisiones supondrán una continuidad con las de Carlos II, emitiendo piezas tipo Marías en 1701. Tendremos acuñaciones a martillo, mediante prensa a rodillos y a volante. Los módulos de las piezas serán más pequeños de lo normal en un principio por un problema de ajuste, para evitar desplazamientos grandes. Las emisiones de 8 y 4 reales del 18 serán muy prolíficas, y debido a esa cantidad de trabajo que tenía la Casa de Moneda serán las de menor calidad entre las acuñadas a rodillo. La Ordenanza monetaria de 1728, y regulaciones de 1729 y 1730, ordenan la recogida y fusión de la moneda macuquina y su substitución por monedas producidas por medios mecánicos que en adelante estarán constituidos por prensas de volante, además establecen la centralización de las cecas, que dejará la exclusividad de acuñar plata y oro a Madrid y Sevilla, y cobre a Segovia.
Se acuñan pues todos los módulos de plata y oro, incluso cobres, 2 y 4 maravedís. Uno de los reinados más atractivos para los aficionados a esta ceca, y a la numismática en general. Y nuestros 8 reales ya acuñados a volante poco tendrán que envidiar a los labrados en las cecas americanas con el mismo sistema, los famosos columnarios.
Felipe abdica en su hijo, Luis I, reinado que será muy corto, 7 meses, por lo que tenemos una escasa producción a nombre del nuevo y joven monarca, pero tenemos, dio tiempo a que se labraran monedas de 2 reales y 2 escudos.
Tras la muerte de Felipe, otro hijo suyo heredará sus reinos, Fernando VI, con el que se consolida el preciosismo de las acuñaciones a volante, se mantendrá las acuñaciones de módulos pequeños en plata ½, 1, 2 reales, y casi todos los módulos en oro: ½, 2, 4 y 8 escudos. Pero claro, como no voy a destacar la desaparición de la acuñación de mi módulo favorito, el 8 reales de plata…
Menos mal que ese problema lo solventará su hermano Carlos III, con la emisión de uno de los 8 reales más atractivos, el del 61-62, donde añadirá a las armas de su padre, las de Toscana y Parma.
Con el nuevo monarca, llegará el busto a las platas, y se acuñarán todos los módulos en plata, tanto la de escudo como la de busto, como los oros, otro momento álgido de la ceca. Se simplifica y empobrece el escudo.
En la composición de platas, sólo he puesto un ejemplar del tipo escudo por módulo, en realidad hay dos tipos de anversos con escudo, con Toscana y Parma y sin ellas, aunque módulo grande sólo lo hay con Toscana y Parma.
En tiempos de Carlos IV, continuamos con los bustos, tanto en plata (todos los módulos) como en oro (2, 4 y 8 escudos, aunque los 4 y 8 escudos imposibles de encontrar, muy pocos ejemplares).