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Los RR.CC mantuvieron la ceca sevillana, junto con la de Toledo o Cuenca, como una de las principales de los reinos bajo esta unión dinástica, y sería el preludio de lo que vendría poco después. Acuñándose en vida de los mismos, a partir de 1475, las monedas pre-pragmática como el ½ real, el real, el ½ castellano, el castellano y el doble castellano.
 

Tras la pragmática de 1497, y todavía en vida de Isabel, daría tiempo a acuñar monedas en cobre como la blanca y monedas de un real con las armas completas en anverso.

En las posteriores a la pragmática es difícil determinar si están acuñadas o no en vida de Isabel (las que hay tienen la tipografía gótica, pero no todas las que tienen esta tipografía son anteriores a su muerte), y desde luego los módulos superiores al real son claramente posteriores, así como los 2 y 4 maravedís, que no los establece la pragmática, sino que se hará en tiempos del emperador, al igual que las monedas acuñadas aquí para circular en Santo Domingo.

Pragmática de 1497 

Sevilla no aparecerá en las armas que usaron los reyes castellano-leoneses primero, ni los españoles después, por lo que no tendrá presencia en los maravillosos escudos que aparecen en las monedas del imperio, privilegio que sí tendrán otros reinos hispánicos como el de Castilla, León, Aragón, Granada, Navarra o Portugal. Por no hablar de los territorios no peninsulares.
 

Llegamos a mi época favorita, el imperio hispánico, que se inicia con Juana I e hijo y termina con la pérdida de la mayoría de territorios americanos en tiempos de Fernando VII.

No cabe duda que, sobre todo en el s. XVI, no será la ceca más importante de España, sino una de las más importantes del Imperio, y del mundo, pues por nuestro puerto tenía lugar la entrada de los metales preciosos provenientes de América, momento en el que adquirirá una gran relevancia la Real Casa de la Moneda de Sevilla.

(Patio de Mercaderes, Real Casa de la Moneda de Sevilla)

Con Juana I y Carlos I podremos disfrutar de la acuñación de las conocidas como monedas “a nombre de los Reyes Católicos”, con una tipología y módulos marcados por la Pragmática de 1497, y que continuarán hasta la Pragmática de la Nueva Estampa de 1566, ya en tiempos de Felipe II.

Destacar, como no, de esta época en el que reinaba, al menos nominalmente, junto con su madre Juana, el escudo, moneda de oro que es de las poquitas monedas, junto con alguna napolitana, y como no las navarras, que mantiene las armas navarras en el escudo de los monarcas. Tendremos que esperar a José I para volver a verlas en las armas generales de la Corona.

Esta moneda áurea la tenemos con una marca de ensayador (a la derecha o a la izquierda del escudo, en el lado contrario a la marca de ceca “S”) en forma de estrella y otra con la inicial de, entiendo Melchor Damián, la famosa “d gótica” o “d cuadrada”. Pero claro, según tengo entendido, dicho ensayador empezó a trabajar en la ceca sevillana a partir de 1560, en tiempos de Felipe II, con lo que ¿sería un escudo “a nombre de” Carlos y Juana pero acuñada bajo el reinado de Felipe?, ¿y que será sustituida por el nuevo diseño del 66?

Ver documento.

(Escudo con ensayador estrella 8 puntas de mi colección)

Felipe II encarna el cenit de la ceca sevillana, la mayoría del oro y plata que entra en Europa proveniente del Nuevo Mundo se acuña aquí. No podrá competir con el Real Ingenio de Segovia en preciosismo, pues las monedas acuñadas a rodillo son insuperables, pero las acuñadas a martillo también tendrán su encanto, y su marcada imperfección nos deja ver la cantidad de trabajo que tuvieron los operarios de la Real Casa de la Moneda andaluza. Destacar la labor de Melchor Damián, el ensayador más conocido de nuestra ceca.

Con la Pragmática del 66 cambian los diseños, empezamos a ver en nuestras monedas esos maravillosos escudos con las armas completas del rey, en las que aparecen las armas heredadas de parte de sus bisabuelos por parte de padre, María de Borgoña, el emperador Maximiliano, Isabel y Fernando (los Reyes Católicos). Y aparecerán en nuestra ceca, en los último dos años de vida del rey, 97 y 98 (en Segovia aparecieron antes) las armas portuguesas, herencia de su madre Isabel de Portugal.

(Composición sobre 8 reales de mi colección)

En Sevilla no se acuñan cobres posteriores a la Pragmática de la Nueva Estampa, es decir, a nombre de Felipe II, pero sí platas y oros, como los reales (y múltiplos: ½, 1, 2, 4 y 8 reales) y los escudos (1, 2 y 4), en sus tres variantes, sin fechas, con fechas y también las tipo omnivm (en el foto montaje pongo las variantes sólo en los módulos grandes de 8 reales y 4 escudos).

Con Felipe III empezamos a ver cobres acuñados aquí, los 2 maravedís, y las mismas platas y oros que en tiempos de su padre. Comienza el desastre de los resellos en los cobres, algunos resellos son sevillanos, y es síntoma del debacle de nuestra economía. Vemos, creo que por primera vez, los 8 escudos, como el de la foto, aunque creo que es la única que se conoce.

En tiempos de Felipe IV se acuña a 200 metros del Guadalquivir los 2, 4, 8 y 16 maravedís, incluida la serie de vellón, que hace que la ceca triplique los molinos de “sangre” con los que contaba para acuñar vellón,  pero estos molinos se abandonan en el 64. Las platas y oros son los mismos que en tiempos de su padre.

Con Carlos II tenemos los 2 maravedís, y los mismos múltiplos de real (salvo el medio real) y escudos que su padre, aunque aparece una tipología nueva, los reales tipo “María”, de peso reducido, acuñadas con la plata de vajilla recogida entre los súbditos, y con la finalidad de sanear las arcas de la Corona. Cambiaron a este diseño mariano para procurar su aceptación.

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