No será hasta la época visigoda cuando Sevilla se convierta en una de las principales cecas de la península, en este caso del reino visigodo de Toledo, desde Leovigildo hasta Witiza.
Sólo hay un tipo de moneda, de oro, el tremis o triente, pues este pueblo no acuñó plata ni cobre (hay opiniones al contrario).
Para darse cuenta realmente de la importancia de esta ciudad en la amonedación visigoda sólo hace falta acudir a las distintas subastas que se celebran en este país, y veremos cómo el tremis de Ispalis es de los más abundantes, en concreto el de la época de Sisebuto, como es el caso de éste de mi colección.
(Tremis Sisebuto)
Hasta que en el 711 irrumpe en la península un nuevo pueblo, árabe y bereber, que profesaban la religión de Mahoma. Sevilla, Ishbaliya, queda así dentro de un nuevo ámbito político religioso conocido como Al-Ándalus, en el que también tuvo un gran protagonismo, y en el alcanzó un lugar preeminente entre las ciudades de la Europa medieval, gracias al auge económico y cultural que vivió en esta nueva etapa de su historia.
Posteriormente se convertirá, en el s. XI, con Al- Mutamid, en capital del reino Taifa de Sevilla, y en el s. XII en la capital del imperio almohade en la península.
De esta época conozco muy poco, de hecho no tengo ninguna en mi colección sevillana. Hay tres tipos principales de monedas propias del mundo árabe, con sus fracciones, el dinar de oro, el dirham de plata y el fals de cobre. En época de las Taifas se ampliará la tipología, con los almorávides aparecerá la moneda de oro conocida como morabetín, y con los almohades la dobla de oro, los dirhames cuadrados…
En 1248 entran victoriosas en la ciudad las tropas de Fernando III, y empieza otra etapa en la que Sevilla sigue siendo una de las cecas principales, en este caso de la Corona de Castilla y León. Se acuña en la ciudad monedas tan bonitas como estas: